miércoles, 21 de enero de 2009

Ambiciones...

La ambición de tener un poquito de éxito en una relación, nos hace querer reflejarnos en los éxitos ajenos y creer que sí, hay algo para nosotros también. La "capi" decía que lo busque en mi pasado, que ya iba a llegar. Cuando ya creía que no quedaba nada rescatable en mi pasado, se abrió una puerta de posibilidad.
Romi y Toto alegremente casados disfrutando su luna de miel, mientras compartieron 2 años de noviazgo en aviones y via msn por que las distancias los alejaban..Buenos Aires, Mendoza, California, Punta Cana...
Nati, la amiga de Romi, que anda con el mismo hace como 10 años porque el la habia dejado y casi se casa con otra y de repente, llorando, volvió a buscarla.

Yo no tuve ni quiero tener una superproducción hollywoodense con violines de fondo para sentirme realizada. No quiero un príncipe azul que me proponga ser suya de rodillas. No, además si usa calzas blanca seguro, más que príncipe es flogger.

A mi me gusta el amor racional. Y sólo busco compañía. Alguien con quien reírme y que me abrace cuando lloro sin saber porqué. Alguien a quien extrañar y que me extrañe. Alguien con quien ver peliculas y comer helado y revolcarnos en la cama y después abrazarnos y que haya la suficiente confianza para decirle que se corra que huele mal.

Quiero un proyecto compartido, ser y estar.

Miller en el personaje de Quentin dice que no se puede ser dos, que en definitiva siempre somos uno. Somos individuos. Y creo que es cierto. Pero ¿qué importa? Se puede ser con uno y ser con el otro. No dudo de eso.

Pero cada vez tengo más claro lo que quiero. Lo que no se, es si yo estoy a la altura de mis propias expectativas. No creo que mi acidez me permita vivir un amor color rosa de novela -flores incluidas-. Pero no se si podré alcanzar el súmun de la lógica y ser una persona racional y estar en control de mis emociones, al menos la mayor parte del tiempo.

Y eso... me desespera.

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