miércoles, 28 de marzo de 2012

Y vos... ¿Dónde tenés la luna?

Porque sí. Porque me divierte y me sorprende. Porque capaz algún día me tira la posta.
Amo meterme en páginas de tarot y de astrología no-predictiva. Me gusta creer que realmente son cosas sobre mi y que estoy aprendiendo algo. Me gusta darle la razón, me fuerza a decir que sí que me siento reflejada.
Si algo me hizo reirme como nunca fue una suerte de descripción personal que hallé sobre como soy en el amor, el sexo y el coqueteo.
Resulta que tengo la Luna en Marte. Lo que, segun el horóscopo, significaría que soy una persona que no tiene problemas en "ir a los bifes" y que se aburre si la otra persona corteja mucho pero no avanza.
Siempre supe que no tengo ni idea de como se histeriquea. Siempre me pareció lo más correcto ir al grano. Nunca me imaginé que todo eso tenía una explicación astrológica, ni que la luna tenía todas las de dictarme dicha impronta.
Porque uno va, y piensa y racionaliza y experimenta y se aburre. Y cree que todo tiene una razón de ser. Una constitución. Que uno se pudre de la hipocresía, que no soporta un halago porque tiene padres separados (?) o que es un cientificista  y que toda teoría deberá ser ratificada con un hecho fáctico. Es decir:  si te parece que soy linda, me tenés que invitar a salir. Si me invitás a salir me tenés que dar la mano, si me das la mano... y asi.
Pero no. No valen ni los traumas de la infancia, ni la posición ante el mundo, ni las ciencias duras. Acá la jodita tiene que ver a dónde carajo estaba la luna en el momento en que naciste.
Que quede en claro: no soy fácil, tengo la luna en marte.

lunes, 19 de marzo de 2012

Vos sos Hakuna Matata

Es que de repente me di cuenta que todo me chupaba un huevo. Primero una cosa, después la otra. Por un lado me sentía liberada. Pero el chupahuevismo te absorve. Nunca entendí bien por qué a mi no me pegó el Rey León como al resto de las personas. No solo no lloré. Sino que me aburrió bastante. Y lo peor, de lo peor, el Hakuna Matata. Ahora lo entendí: sin preocupaciones vas a estar mejor. Vacío, banal. no me gusta. Y lo que pasa cuando todo te chupa un huevo es que te alienás. No sos feliz cuando nada te preocupa. Es eso, No Sos. El tema es ser feliz en la búsqueda del camino propio y no del acompañante. Así dejé esos intentos de lado. Dejé de buscar compañía. Mentira. Afiné mis compañías a la medida de las necesidaes. Y dejé de buscar pareja. Blah, dejé de buscar hombres. Honestamente me cansé. Y obviamente eso da lugar a no tener nada que decir, o mejor dicho nada para vomitar en estas páginas.
No quiero buscar excusas.  Ni hacer grandes reaperturas de un espacio en el cual me siento cómoda, pero al mismo tiempo extraña.
Baje mil cambios.
No dejo de esperar al hombre de mi vida, pero ya no pienso en eso. Ya no pienso ni en amores, ni en desamores, ni en filitos, ni en estúpidos.
Me cansé de controlar como actúo. Me cansé de controlar las ganas para que otro no se sienta presionado o de fingir ganas para que no se escape un huesito.
Me harté de los fracasos. De las falsas victorias.
De las citas porque sí.
Tampoco voy a fingir un hermetismo total. Ni mucho menos. Puedo decir que salí, que baile, que me han tirado onda, que la he devuelto y que no.
Pero de alguna forma todo eso, estaba vacío. Y aquí estoy, intentando un balance entre el chupahuevismo extremo y el abrazo reconfortante.
Y la única forma era volver al refugio. Que de alguna forma es testimonio de tantas cosas.