martes, 29 de septiembre de 2009

angustia

ese nudo en la garganta que no nos deja respirar. esa sensación de estar siendo superada por algo que es más fuerte que uno. y todo el tiempo. A veces te ponés alegre por los demás... y a pesar de eso, el nudo te oprime.
Ni siquiera deja salir las lágrimas. Tampoco deja espacio para que la sangre suba al cerebro y puedas pensar claramente.
Alguien dijo que es mejor dejarlo ir, pero el nudo no se va...Vuelve aleatoreamente en los momentos menos esperados. y querés hacerlo explotar en un grito desesperado. Pero no podés gritar. A duras penas podes hablar. Y tampoco es que quieras hacerlo. Lo único que querés es que pase...rápido.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Milanesa

Como si fuera un pedazo de nalga en los momentos previos al empanados, mi ternura se fue incrementando a los golpes.
Creo que todo tipo de experiencia presenta un lado positivo: el de aprender algo y, eventualmente, modificar -aunque sea un poquito- nuestra cosmovisión.
Siempre me consideré una persona violenta. Por lo general verbal, debido a mi tamanio e incapacidad motriz.
Muchas veces me imaginé que yo reaccionaría mal a una situación violenta. Que ese tipo de situaciones me pondría ante la divisoria de replantear mi fe en la sociedad y en la igualdad. No me gustan las distinciones entre "ellos" y "nosotros". Si bien me encantan los chistes xenófobos, se limitan a una exhacerbación de los estereotipos sociales y son, de alguna forma, una crítica a la discriminación. Entiendo que el mundo y nuestras sociedades se han basado en las confrontaciones, en las guerras, en las divisiones y no en la integración, el respeto y la igualdad. Vivo en un país que está lleno de charlatanes que jamás presentarán respuestas serias ante los problemas de desigualdad social que vivimos. Y aún así no pierdo la esperanza.
Conocí personas dolidas por el maltrato cuyo suenio -plagio a la triple a- era montarse en una camioneta a matar "negros". Conozco personas que quizás no lo harían, pero no están en contra de eso. Y lo acepté. Porque nunca estuve segura de cómo podría reaccionar yo después de algún ataque.
Sin embargo, puedo decir que los cambios no fueron tan radicales. Si bien me siento desprotegida y con mucho miedo de salir a la calle, no creo que se merezcan la muerte, la cárcel (en los términos en los que se aplica, no como integrador social) o la tortura. Si, me quitaron algunas cosas materiales y sobre todo el suenio. Me quitaron el salir medianamente tranquila a la calle y me dieron una paranoia constante. Pero no dejan de ser seres humanos, que hacen lo que hacen porque como sociedad no les dimos las herramientas para ser otra cosa. Porque no los valoramos, ellos no sienten ninguna valoración por los demás. Porque están desprotegidos, entonces estamos todos desprotegidos. Y entonces se da la división: "ellos" contra "nosotros", buenos y malos. Yo sigo soniando con poder borrar estas limitaciones. Poder abarcarlos y que seamos "todos". Poder amarnos y respetarnos y vivir en paz.
Pero hay un solo sentimiento que me agobia. Cómo poder eventualmente planificar una pareja, una familia en un lugar así. Cómo poder velar por los seres queridos cuando hay tanto quilombo afuera? qué haría yo si me pasara esto con un ninio en mis brazos o embarazada? qué haría yo si le pasa a un hijo mio?
Creo que no hay respuestas para esto. espero que se pueda encontrar una solución mejor, que presentar los papeles para ir a vivir a Canadá.