jueves, 18 de diciembre de 2008

Amor en mute

Ay cuántas veces he implorado tu nombre, y que tu ser venga a mi rescate y me encontré flotando en la nada misma.
Me da miedo perder nuestros esporádicos encuentros y dejar de compartirte para no verte jamás.
Tengo miedo a que me veas vulnerable y no compartas lo que siento.
Tal es el miedo que lo grito a viva voz, cuando nadie oye.
Pero ya te perdí el rastro hace tiempo, y no puedo dejar de pensarte. Ya borré...bueno, guardé un poco escondida, la última foto, para no tenerte tan presente. Pero volvés, no a mí, sino a mi mente. Y se me cierra la garganta. Hay tantas cosas que decir, tantas por preguntar, tantas por gritar y puteadas por proferir. Pero nada pasará.
Me autoprometo no callar, encontrarte y decirte todo lo que tengo para decir y no guardarlo nunca más, cueste lo que cueste. ¡Es que el silencio costó tanto!

Y entonces lo consigo. Concreto un encuentro furtivo con el hombre que me quita el sueño. Tomo coraje, y algo de alcohol, y me dejo llevar por la situación. En algún momento iré al baño. Me miraré al espejo para juntar coraje.
Entonces me convenzo que es mejor disfrutar el momento, que si la pasamos muy bien te vas a quedar y que ya tendremos más tiempo para decirnos esas cosas que pueden lastimar.

Y sigue pasando el tiempo, te vas para no volver y cómo si fuera arena, me quedo masticando esas palabras mudas, mudas y sordas, que jamás proferiré. Y así me quedo. Sola. Sin vos. Sin voz.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

ciega sordomuda, torpe trasta y testaruda
XD

Paola Florio dijo...

La historia de mi vida!
MIrá para otro lado y arranca de cero, aunque cueste ;)

Tuky dijo...

A veces cuando se pierde se gana…